Imaginad una uva y una pasa, que no es más que una uva a la que se le ha extraído la mayor parte de su líquido y, por eso, su color y textura han cambiado. Es el mismo proceso que ocurre con la piel conforme vamos cumpliendo años; vamos perdiendo hidratación y, por eso, la piel comienza a arrugarse.
El sol, el alcohol o el tabaco son, además de los enemigos a batir -o mejor, a evitar- potentes agentes deshidratadores que contribuyen a acelerar el proceso de envejecimiento. Supongo que ya os habréis dado cuenta de que la primera premisa para luchar contra las temidas arrugas es una buena hidratación y, en realidad, la mayoría de componentes de este tipo de cremas antiarrugas no son otra cosa que agentes súper hidratantes que buscan rellenar la piel para que luzca más lisa y radiante.
Las mejores cremas faciales femeninas del 2021
Las mejores cremas antiarrugas femeninas del 2021
Como se aplican las cremas antiarrugas
Sobre cómo aplicar las crema antiarrugas se ha escrito de todo; hay quien defiende acérrimamente el uso de brochas u otros instrumentos de aplicación que, teóricamente, minimizan el riesgo de ensuciar la piel del rostro con la cantidad de bacterias que anidan felices entre nuestros dedos. Pero, sinceramente, yo soy de la opinión de que piel con piel es siempre mejor que piel con cualquier otra cosa, y que basta con ser cuidadosos con la limpieza de las manos para no correr ningún riesgo innecesario.
Dependiendo de la consistencia de la crema antiarrugas y de la sed que normalmente tenga vuestra piel, tendréis que ajustar la cantidad de crema antiarrugas en cada uso, pero suele ser suficiente con marcar cinco puntos de producto con el dedo índice en frente, mejillas, mentón y nariz. Luego extender suavemente hasta que el producto quede completamente absorbido. Cuidado con utilizar más producto del necesario, la piel es sabia y va a rechazar todo aquello que le sobre, normalmente en forma de antiestéticos brillos, así que si no queréis parecer un diamante recién duchado, no utilicéis más cantidad de la cuenta.
¿Cuándo aplicar la crema antiarrugas?
En el caso de la rutina facial, lo ideal es utilizar un limpiador de rostro suave y adecuado a nuestro tipo de piel, en algunos casos hay quien combina con una fase previa, en lo que se conoce como «doble limpieza facial». En este caso, un limpiador facial de base oleosa sería el primer paso y, después, retiraríamos tanto el sobrante de dicho limpiador como los restos más rebeldes con el gel limpiador.
Tras ello, se recomienda el uso de un tónico que calme la piel, cierre los poros y prepare la piel para recibir el tratamiento específico posterior. Este es probablemente el paso que más pereza nos suele provocar, pero siempre que lo he incluido en mi rutina facial, he notado una diferencia considerable en el tono y la textura de mi piel.
Una vez absorbido el tónico, pasaríamos a aplicar el tratamiento, tanto en la zona del contorno de ojos, en la que debemos utilizar un producto específico, como en el resto de la piel del rostro. Y es justo aquí donde os quiero presentar los mejores tratamientos antiarrugas del mercado, tanto en formato crema, como en sérum.
¿A qué edad se debe empezar a utilizar una crema antiarrugas? No hay una respuesta exacta a esta pregunta, según los expertos todo depende de la calidad genética de la piel y a otros factores como la alimentación, polución a la que nos expongamos, hábitos del sueño… Pero una cosa parece clara, lo ideal es que adaptemos la crema a las necesidades de nuestra piel porque varían según las diferentes etapas de la vida.
Con el paso del tiempo nuestra piel cambia y es esencial conocer estos cambios para poder adaptar los tratamientos a las necesidades específicas en cada etapa de la vida. Con 20 años, los niveles de colágeno y elastina están en su nivel más alto y nuestra única preocupación es mantener la piel limpia e hidratada, pero a partir de los 30 años diferentes factores van alterando este equilibrio y se necesitan mimos extra para lucir un rostro radiante, terso y tonificado.